Mujeres rurales lideran repunte histórico del sufragio femenino

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El pasado 24 de marzo de 2019, Ecuador vivió una jornada democrática en la que se eligieron 11 069 autoridades, ─entre principales y suplentes─. Prefectos/as; alcaldesas/es; concejales/as urbanos y rurales, vocales de juntas parroquiales, así como consejeras y consejeros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS); fueron elegidos en las urnas, en un proceso que registra la más alta participación de las mujeres del sector rural del país: un 87,48% que supera al 65,8% ─total de la participación femenina, urbana y rural─ que acudió a un recinto electoral en la primera vuelta de las Elecciones Generales de 2002.

La ciudadanía expresa su voluntad soberana, entre otros, por medio del voto popular universal, igual, periódico, directo y secreto. La ciudadanía ecuatoriana, en este caso las mujeres, han expresado su voluntad de construir una democracia fundamentada en la paridad, ya sea a través de la postulación de sus candidaturas ─que configuraron el 42,86% de las presentadas para dignidades seccionales ─, así como del ejercicio de su derecho al sufragio, que va en ascendencia y supera a la participación masculina en las urnas.

Si bien es cierto que, al hablar de autoridades electas, la decisión de la ciudadanía marca la balanza hacia las candidaturas masculinas, es necesario enmarcar estos triunfos en el contexto democrático del país, para apreciar así los avances paulatinos de una configuración diversa y plural. En este contexto, el número de prefectas electas en las Elecciones Seccionales de 2019 representa el 17,4% del total general de esta dignidad; un porcentaje superior al 12,5% registrado en los comicios de 2014.

En cuanto al número de candidaturas ─para la dignidad antes mencionada─ en las elecciones de 2004, 2009 y 2014, las mujeres representaron menos del 14% de las opciones, mientras que, en los comicios del pasado 24 de marzo, su participación como candidatas se configuró en alrededor del 17, 94%.

El Consejo Nacional Electoral mira este repunte histórico de la participación femenina como un logro para la sociedad ecuatoriana, su presente y futuro; asimismo, trabaja para llevar adelante un conjunto de reformas que permitan profundizar el involucramiento de la mujer y los jóvenes en los espacios políticos del país, brindándoles plenas garantías para desempeñar nuevos roles en democracia.