Organismo electoral ecuatoriano promueve la formación en democracia desde los territorios

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Llegar a los 221 cantones del país con un programa que promueva valores cívicos y democráticos, es una de las grandes aspiraciones del proyecto ABC de la Democracia, que impulsa el Consejo Nacional Electoral (CNE) y que busca convertir al Ecuador en un país con solvencia técnica y con capacidad de promover cultura democrática con enfoque intercultural, intergeneracional y de género.

Para el Presidente del CNE, doctor Juan Pablo Pozo Bahamonde, el trabajo en territorio de forma permanente responde a la desconcentración real y efectiva que promueve el organismo electoral. Al respecto, destaca que continuarán trabajando desde los territorios, para discutir cómo fortalecer el ejercicio efectivo de los derechos de participación establecidos en la Constitución de la República.

Cerca de 100.000 personas participarán en los diferentes procesos de capacitación, incidencia y espacios interactivos en cada uno de los territorios. Al respecto, Santiago Cahuasquí, Gerente del proyecto, destaca que está orientado a públicos de todas las edades y tiene tres componentes fundamentales: el primero es el «Yo me comprometo por la Democracia», dirigido a jóvenes; el segundo es «Democracia Comunitaria» cuyo público no sólo involucra a pueblos y nacionalidades, sino que también a gobiernos autónomos descentralizados, gremios, asociaciones y demás organizaciones de la sociedad, donde llegaremos a 12 nacionalidades y 18 pueblos, en la tarea institucional de aportar en la construcción del Estado intercultural y plurinacional; y el tercero es «La Ruta de Matilde Hidalgo» que está dirigido a mujeres populares, urbanas, rurales y diversas.

«El enfoque de la democracia, ya no es el enfoque de las dádivas, ni de las compras de voto ni de conciencias. Hoy con el Código de la Democracia (Ley Electoral en Ecuador) rompimos también todo indicio de clientelismo político, donde el elector es actor protagónico del tiempo que le ha tocado vivir», resaltó Pozo.

Por tanto, los sujetos de la democracia son diversos. Por ello toda apuesta seria de formación y capacitación, debe partir de reconocer a los actores de la sociedad desde una dimensión plural que supere la herencia escolástica de asumir a la sociedad como reservorio vacío al que se debe llenar de «conocimiento» y contenidos.

En esa medida, con el ABC de la Democracia se aspira a convertir al CNE en interlocutor y también en generador de espacios de encuentro donde confluyan tanto organizaciones políticas, como organizaciones sociales y ciudadanía en general, para de manera conjunta, construir contenidos, métodos y estrategias sobre un objetivo común que es la educación cívica y democrática.